domingo, 27 de junio de 2010

INVICTO.


Más allá de la noche que sobre mí se cierne

negra como el insondable abismo,

doy gracias a los dioses que pudieran existir

por mi alma invicta.


Caído en las azarosas garras de las circunstancias

nunca me he lamentado ni he pestañeado.

Sometido a los golpes del destino

mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.


Más allá de este lugar de cólera y lágrimas

donde yace el Horror de la Sombra,l

a amenaza de los años

me encuentra, y me encontrará, sin miedo.


No importa lo angosto que sea el camino

ni lo cargada de penas que esté la sentencia,

soy el amo de mi destino:

soy el capitán de mi alma.


W.E.HENLEY.